La contaminación plástica de los mares ha crecido drásticamente en los últimos años. En la actualidad los plásticos constituyen la fracción más grande de la basura marina, representando al menos un 85 por ciento del total de los desechos que hay en el mar. Según los y las especialistas involucrados en la reciente evaluación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), se advierte que, sin nuevas medidas, para 2030, los volúmenes de contaminación plástica que fluyen hacia las áreas marinas casi se duplicarán, alcanzando una tasa de ingreso anual de 53 millones de toneladas, con graves consecuencias para la salud humana, la economía mundial, la biodiversidad y el clima.
“Se identificaron impactos que ya están causando importantes daños y sobre los que debemos actuar con premura, elaborando una acción global urgente para abordar la crisis de contaminación también de manera global”, expresa Andrés Arias, investigador de CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO; CONICET-UNS) y uno de los integrantes del equipo a cargo del informe.
Durante los últimos dos años, Arias trabajó en este proyecto como miembro del Scientific Advisory Committee de la UNEP, representando a la Argentina como Científico Asesor en lo referente a Basura Marina y Contaminación Plástica.
“El reporte fue elaborado según el modelo que habitualmente se utiliza para el desarrollo de este tipo de documentos, que abordan temas tan multidisciplinarios y transversales para la ciencia. Inicialmente participamos de reuniones de “enfoque” en las cuales se discutió qué temas y disciplinas no podían estar sub-representadas en la evaluación, como el análisis del mercado y las cifras de producción mundial de resinas plásticas, principales fuentes de emisión de basura plástica hacia los océanos, los riesgos que plantean para la biota y para la salud humana, así como también cuáles son las principales estrategias para revertir el problema”, describe el especialista.
Todas las instancias se desarrollaron a partir de una sucesión de reuniones y talleres virtuales dentro de los distintos grupos temáticos de trabajo. Además, todos los científicos involucrados, de más de 60 países, tuvieron la oportunidad de reunirse presencialmente en un taller que se realizó en la sede central de UNEP en Nairobi (Kenia) en febrero de 2020, a fin de continuar los trabajos en las distintas sesiones temáticas.
El documento brinda una actualización completa en lo referido a la problemática y señala a su vez las áreas sobre las cuales se deberían focalizar investigaciones futuras.
“Sintetizamos la evidencia sobre el grave riesgo al que se expone la vida marina: desde el plancton y los crustáceos hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, sin olvidar el ahogamiento de corales, manglares y lechos de pastos marinos que son impedidos de recibir oxígeno y luz a partir de la basura plástica. A esto se suma que la basura marina plástica gatilla riesgos ambientales en cascada y actúa como multiplicador de amenazas”, explica el investigador.
La evaluación muestra que la basura plástica puede actuar concomitantemente con otros estresores como el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos marinos.
Otro de los análisis que se incluyen refiere a la vulnerabilidad de los seres humanos ante la contaminación por plásticos, “Se señalan posibles cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas, etc. Los plásticos normalmente se ingieren a través productos de mar, bebidas e incluso sal común; pueden atravesar tejidos y se inhalan cuando se suspenden en el aire”, amplia Arias.
Además de explicar las distintas aristas del problema de la contaminación en los océanos y plantear la evidencia de escenarios complejos de cara al futuro, la publicación, que fue titulada: “De la contaminación a la solución”, propone posibles respuestas al problema y pretende servir de base para las discusiones y las acciones prioritarias que se debatirán en la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente de 2022.
“Hemos llegado a una conclusión: disponemos de los conocimientos científico-técnicos necesarios para hacer frente a esta crisis y dar vuelta esta marea; sin embargo, necesitamos articular con todos los actores de la sociedad y que todos los estados tomen medidas urgentes de carácter armónico” remarca el investigador y señala: ”Aunque hay mucho camino recorrido en término de legislaciones, necesitamos desarrollar instrumentos de gobernanza global en torno a disminuir la tasa de producción actual, rediseñar las resinas bajo conceptos de sostenibilidad y estándares de alta degradabilidad en el ambiente, y aumentar la circularidad en todos los eslabones de la cadena del plástico”.