UNSL: DISEÑAN TERMOTANQUES SOLARES CON MATERIALES RECICLADOS

Un grupo de estudiantes de la Universidad trabajan en el diseño y posterior instalación de este sistema que proveerá de agua caliente a viviendas rurales de la localidad de Luján.

A través del proyecto de extensión Termotanques solares, seleccionado para su financiamiento por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) y dirigido por el Dr. Osvaldo Roberto Olguín, brindarán talleres sobre reciclado y energía solar, para luego crear e instalar los equipos.

Los/as estudiantes vienen trabajando hace años en la temática, y a partir de los exitosos resultados obtenidos con el primer prototipo instalado en Dónovan, decidieron extender su asistencialidad.

En Luján su trabajo comenzó con actividades comunitarias en el incentivo al cultivo casero. Una vez instaladas las huertas y con el espíritu de la extensión, se propusieron un nuevo proyecto, esta vez vinculado a la instalación de termotanques solares en las viviendas que se encuentran en el campo agricultor.

Como una primera acción se abocaron a las gestiones con la comunidad para el reservorio y recolección domiciliaria de materiales reciclables, para luego complementar con los elementos de ferretería necesarios para el diseño de los equipos.

El mismo consiste en la realización de un bastidor utilizando botellas de gaseosas (en lo posible lisas), se las perfora para introducir por el medio cañerías de PVC de 3/4 o media pulgada de diámetro, y luego se van colocando esas botellas de modo tal que además de aislarlo del medio ambiente, tiene un efecto de micro invernadero, que es lo que hace ir calentando el agua en esos tubos.

«Lo ideal sería que ese caño fuese negro porque la física y la teoría del cuerpo negro es que absorbe toda la energía que le llega, y eso se va haciendo como un bastidor en donde por un lado ingresa el agua fría, despacio sube, y obviamente esto está colocado en el techo con perpendicularidad al sol para lograr que la mayor captación solar pueda calentar el agua que se encuentra en estos caños y eso va a un reservorio», explicó Olguín.

Se coloca además un recipiente chico que es el que acumula el agua caliente que se calienta con los bastidores y en la parte superior se pone un tanque de 200 litros de cobertor para las inclemencias temporales, y entre el tanque chico y el grande se coloca material aislante de manera tal que no haya transferencia de calor hacia el exterior y lograr una mayor eficiencia.

Esta colectora si tuviera un fondo reflectante sería mucho mejor, por lo que los/as chicos/as lo que han diseñado es abrir latitas de cervezas y gaseosas y tomarse el trabajo de alisarlas y hacer como un espejo de modo tal de tener un mayor rendimiento en la efectividad de la luz que proviene del sol.

«Lo que pretendemos es que a muy bajo costo, los/as lugareños/as puedan tener agua caliente y mejorar su calidad de vida. Tenemos que hacer un análisis de ubicación exacta de ese panel, para lograr una mayor eficiencia del sistema (…) Me gusta que la Universidad esté saliendo con sus conocimientos a la comunidad, devolviendo algo de lo que la comunidad invierte en nosotros», dijo el Coordinador del proyecto.

El primer termotanque se instalará en un tinglado donde tienen funcionando un proyecto de cultivo familiar. Los/as estudiantes observaron que luego de trabajar la tierra, los/as lugareños/as no tienen dónde bañarse, es por ello que la primera aplicación será en ese lugar y luego migrar hacia tres (3) o cuatro (4) domicilios cercanos donde tienen agua corriente pero no tienen acceso al agua caliente.

«Me gusta que los/as chicos/as tengan el interés de hacer transferencia que es una de las cosas por las que bregué (…) Esto permite que algo de lo que la comunidad aporta sea retribuido con nuestro conocimiento, que es el fin último que tiene la educación», manifestó Osvaldo.

Futuras líneas de trabajo

Este proyecto ambicioso busca además, en un futuro, contribuir a la solución del problema del riego de las huertas comunitarias a través del tratamiento de agua cloacales con la implementación de un filtro biológico, que con un excelente clorinado y desinfección, podría permitir que el agua salga en condiciones óptimas de consumo. Existen experiencias previas por parte de Olguín que datan del año 1993.

«Sería un segundo proyecto a futuro y eso sería viable porque las huertas de cada casa tendrían su riego propio. Uno lo que puede hacer es un campo de rama con caños de PVC enterrados con perforaciones y con cámaras sépticas, que permitirían que toda el agua cloacal se depure y se tire en el campo de rama (…) sería de alto rendimiento y a bajo costo», resaltó el investigador.

También podría incorporarse a estas líneas de trabajo (huertas comunitarias, termotanques solares y riego) el secadero de frutas a través de energía solar. Se trata de la colocación (en forma de víbora) de una manguera grande que absorba el calor (a través de un ventilador con las aletas al revés) que permitirá que el aire obtenido de la exposición solar, ingrese a un panel de madera donde se encuentra la fruta y logre el secado en tres (3) o cuatro (4) días, lo que con el método tradicional requiere la inversión en tiempo de dos (2) semanas aproximadamente sin inclemencias climáticas.

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