La UNLC celebró su segundo Taller Interdisciplinario de Urbanismo y Arquitectura
Se desarrolló la segunda edición del Taller Interdisciplinario Proyectual de Arquitectura y Urbanismo (TIPAU) en la UNLC. Alrededor de un centenar de estudiantes, profesores y profesionales trabajaron en comisiones para presentar proyectos de urbanismo y arquitectura sobre el Valle de Conlara durante la semana del 15 al 20 de mayo.
Patricia Perkman contó cómo se trabajó: “La idea es que sean comisiones transversales, no sólo en cuanto a especialidades, sino también que se trabaje entre distintas universidades, que los estudiantes se conozcan”.
Hubo participación de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y la Universidad Nacional de Los Comechingones (UNLC). Además estudiantes de la Universidad Nacional de Moreno (UNM) participaron de forma virtual.
Durante la semana se realizaron distintas conferencias, talleres y workshops y hubo un intenso trabajo de comisiones. Las jornadas empezaban a las 9 y terminaban pasadas las 20. “Fue una experiencia muy enriquecedora. Fue la primera oportunidad que tuve para nivelarme con otras universidades y fue una sorpresa ver que teníamos el nivel que exigía el TIPAU” dijo Fernando, un estudiante de Arquitectura de la UNCA. “Hice nuevos amigos, y me llevó todo lo que vivimos acá para poder aplicarlo en Catamarca” cerró Fernando.
Pilar, estudiante de arquitectura de la UNSAM contó su experiencia, “al principio fue complicado, nos encontramos con mucha información nueva muy de golpe. Por suerte nos mandaron mucho material, pero hasta que no llegas y escuchas a la gente de acá no lo terminas de dimensionar”.
Manuel, estudiante de Ingeniera Ambiental, también de la UNSAM habló en el mismo sentido: “La gente de acá nos contó mucho, nos instó a formar parte del taller. Se complementó mucho la información teórica con las personas que nos contaron desde la experiencia los problemas locales. Fue un desafío muy lindo, más para mi que soy un estudiante de ingeniería en medio de arquitectos”. Ambos estudiantes cerraron con una reflexión: “La verdad que el equipo de trabajo fue lo más y la organización también” dijeron.
“Me cuesta todavía entender cómo piensan los arquitectos” dijo Andrea, estudiante de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la UNLC entre risas, “sobre todo por la perspectiva ambiental de nuestra universidad, pero nos ayudó mucho la interdisciplinariedad para llegar a un consenso, pensar con qué términos evaluar la situación y a que objetivos apuntar”.
Más allá del trabajo técnico, Andrea y todos los estudiantes coinciden en lo mismo: “Lo más lindo fue crear lazos, nos llevamos un montón de amigos nuevos”.
El cierre del taller tuvo lugar en la tarde del viernes con dos conferencias centrales. Luego de la presentación de los proyectos en lo que los estudiantes trabajaron toda la semana, el jurado, integrado por Patricia Perkman, Claudio Ferrari y Cesar David Ray, realizó una evaluación final; por el otro el Arquitecto Claudio Ferrari, de la UNSAM, dio una clase magistral a modo de cierre.
“Esta forma de construir conocimiento es imprescindible. En este tipo de encuentros nos vinculamos regionalmente, nos estamos conociendo humanamente”. Dijo Claudio Ferrari y agregó: “Creo que se generó un consenso, yo hablo desde la arquitectura, creo que debemos generar instrumentos que hagan posible llevar adelante estas visiones”. Cerró su exposición diciendo que “la verdad solo se puede encontrar en la variedad de posiciones, no hay verdades absolutas, un arquitecto sin globalidad se vuelve un actor de oficio”.
“Los arquitectos estamos acostumbrados a ver las cosas y comprenderlas de la manera en que las aprendimos. Los invito a que saltemos esas barreras, este es un valle que no se comprende como un valle.” Dijo Cesar Ray, presidente del Colegio de Arquitectos de San Luis, “el trabajo de un arquitecto no es algo que pasa a la historia de manera lineal, siempre va a haber alguien detrás que lo modifique”.
Para finalizar dio una reflexión sobre nuestro territorio: “Me paré en la gigantografía del Valle de Conlara que tienen y veía tajos, heridas, que fuimos haciendo o permitiendo que se hagan en la sierra. Lo que se ve claramente es una gran zona de producción agrícola que divide a la mitad esta zona y que no nos da de comer a nosotros”. Y cerró instando a continuar por el camino de la educación, “Vi varios trabajos que hablaban de la llegada de las universidades a esta región, creo que el camino de la educación debería ser una constante en todo el país, y los instó a que utilicen esos conocimientos para traspasar las fronteras”.