En el ámbito educativo es común que las universidades reciban mayor atención, a menudo relegando a un segundo plano a las instituciones técnicas y tecnológicas. Sin embargo, podemos superar este mito arraigado y reconocer que el desarrollo de un país no se limita a un solo camino académico.
Uno de los mitos más comunes es que el Perú solo necesita universitarios para prosperar, pero la realidad y estadística demuestran lo contrario. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la empleabilidad de los profesionales técnicos ha crecido en un 5,4% entre 2019 y 2022, mientras que se ha reducido en un 4,2% para los profesionales universitarios. Esto refleja un mercado laboral que valora y necesita cada vez más perfiles técnicos para impulsar la competitividad empresarial.
Continuando con esta premisa, un tema relevante de analizar es el económico. Según el último censo, el ingreso promedio por trabajo de las personas con educación técnica superior aumentó en 13,1%, mientras que para los universitarios, el incremento fue de 5,2%. Esto desafía la idea preconcebida de que una educación universitaria es la única vía hacia una vida económicamente próspera.
Por último, el mito de que solo las universidades ofrecen las carreras de interés lleva una premisa de raíz falsa. Primero, desarrollemos algunos valores a destacar de las carreras técnicas identificadas por los mismos jóvenes a través de un estudio realizado con Datum Internacional. Características como su corta duración (67%), su enfoque en el desarrollo práctico profesional (9%) y su accesibilidad económica (8%), animan a los jóvenes a optar por ellas, pese a la falta de información e incentivos que hay para el acceso a las mismas.
Ahora bien, con relación al listado de carreras técnicas con mayor demanda en la actualidad, el mencionado estudio incluye al Diseño Gráfico (18%), Administración de Empresas (14%), Marketing (9%) y Computación e Informática (9%). Todas permiten a los alumnos no solo insertarse rápidamente en el mercado laboral, sino que pueden ser explotadas en el desarrollo emprendedor.
El peruano tiene un perfil variado, nuestros sectores son sumamente dinámicos y cambiantes y nuestras posibilidades de crecimiento son infinitas en un país lleno de problemas y por ende de oportunidades. Así como vemos la diversidad como un valor identitario, permitámonos como país dibujar diferentes rutas de desarrollo profesional para crear mayores oportunidades de empleo.
Fuente: Infobae