Juan Pablo Peñaloza, diplomado de honor por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA), será distinguido por la Academia Nacional de Ingeniería como uno de los/as egresados/as sobresalientes de las carreras de ingeniería de las universidades argentinas.
«La perseverancia es la clave, más importante que la inteligencia». La frase adquiere un significado especial porque la dice un joven estudiante recién recibido de la carrera de Ingeniería Electrónica con un promedio de 9.43, el más alto de la FICA. «Creo que es un reconocimiento al esfuerzo. Me parece que es algo muy interesante», comentó escuetamente el joven de 26 años.
El premio que le otorgará la Academia Nacional, llamado Ing. Isidoro Marín. se entregará en una ceremonia preparada para el 1 de diciembre próximo en la sede de la institución, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con algunos nervios y expectativas, está preparado para la distinción y el viaje, al que irá acompañado por Maricel, su mamá.
A Juan Pablo desde niño siempre le llamaron la atención los dispositivos electrónicos. Esa orientación temprana lo llevó a estudiar el secundario en el Colegio N° 15 Agustín Mercau y, al momento de decidir una carrera universitaria, eligió la FICA, específicamente la carrera de Ingeniería Electrónica «ya que era la que más se adaptaba a lo que buscaba y lo más cercano, lo más cómodo», comentó.
Ya cursando la carrera comenzó a interesarse por cuestiones más específicas «como la programación, los controles o la electrónica de potencia», contó al recordar parte de los inicios de sus estudios en las aulas y los laboratorios en el campus. Pero también los contratiempos: «durante la carrera, en gran parte, tuve que pasar la pandemia que me ha marcado y dificultó el tema de las prácticas. Hubo oportunidades que perdimos por razones lógicas. La pandemia influyó en la pérdida de motivación, algo que le pasó a mucha gente, pero al fin y al cabo pude lograr el objetivo».
El objetivo lo cumplió este 2023 cuando en el acto de colación que se realizó en junio, le entregaron el título de ingeniero electrónico, pero con un agregado especial: el Diploma de Honor como mejor promedio, una distinción a la que ahora le va a adicionar otra que le otorgará la Academia Nacional de Ingeniería.
Doctorado
Apenas se recibió, Juan Pablo comenzó un doctorado en Ciencias de la Ingeniería en la Universidad Nacional de Río Cuarto. «No he parado, ahí nomás empecé otra carrera», contó. Para ese posgrado, «que se basa en una de las temáticas que más me interesan, como control de convertidores de potencia», cuenta con el asesoramiento de docentes de la misma FICA. Incluso, las prácticas las puede realizar en el Laboratorio de Control Automático de la Facultad donde cursó la ingeniería.
«Soy becario doctoral del Conicet. Estoy inscripto en la UNRC, pero los cursos los puedo hacer en diferentes universidades. Incluso, algunos cursos, por la pandemia, han quedado virtuales. De la misma manera, puedo hacer capacitaciones en la Universidad de la Plata«, aclaró.
¿Para un futuro?. «En un principio, la investigación. Aunque siempre me llamó la atención la programación que es también una rama a la cual podría dedicarme», señaló.
Agradecimientos
Al momento de hacer un balance sobre su paso por la carrera de Ingeniería Electrónica, elogió a los docentes: «son de muy buen nivel. Se nota que saben mucho y lo intentan transmitir de la mejor forma, preocupándose para que entiendas, que no pierdas la motivación. Porque muchas veces nos enfrentamos a temas difíciles, abstractos, pero siempre buscan que no pierdas la motivación por el hecho de no entender algo, siempre te tratan de animarte a seguir».
En ese sentido, les dejó un mensaje a los/as chicos/as que ingresan a las carreras de ingeniería en general: «siempre habrá trabas, fallas. Uno puede pasar horas renegando con un cálculo, pero la perseverancia es la clave. Es más importante que la inteligencia. No hay que decir ‘no sirvo’, hay que seguir dándole para adelante porque en algún momento todo sale«.