Con tan solo 19 años, la mendocina viajará a Houston a mediados de julio para unirse al programa United Space School. Junto a otro argentino y jóvenes de diferentes latitudes del mundo, deberán desarrollar un plan detallado para una misión tripulada al planeta rojo.
Con tan solo 19 años, la mendocina viajará a Houston a mediados de julio para unirse al programa United Space School. Junto a otro argentino y jóvenes de diferentes latitudes del mundo, deberán desarrollar un plan detallado para una misión tripulada al planeta rojo.
“Esta experiencia significa un gran paso hacia mi futuro, tanto como académico como profesional, ya que voy a poder aprender muchísimos conceptos super aplicables a la industria aeroespacial, que es donde quiero trabajar en un futuro, y se relaciona mucho con la carrera que estoy estudiando” destacó la futura ingeniera.
Cómo fue su recorrido
El proceso de selección incluyó envío de currículums, cartas de presentación, videos en los que evaluaron el nivel de inglés, e instancias en las que tuvo que poner en práctica sus conocimientos sobre ciencia aeroespacial.
Luego, cada joven eligió una tarea específica dentro del equipo al que postulaba y la resolvió por su cuenta. El desafío fue pensar en la tecnología disponible actualmente, pero también la que podría llegar a desarrollarse en los próximos años, ya que la misión está pensada para 2040.
Aitana investigó acerca del combustible que podría usar un vehículo que tiene destinado viajar desde la Tierra hacia Marte. Planteó una propulsión híbrida que trabaja entre propulsión química y un sistema de propulsión nuclear eléctrica para los momentos en los que el cohete estaría en velocidad crucero, con una aceleración mucho más estable y trayectos en los que no se necesita hacer maniobras muy fuertes.
Mecatrónica, clave para explorar el espacio
Aitana contó que la carrera que estudia en la Facultad de Ingeniería es fundamental en el diseño de una misión espacial. “En una misión tripulada a Marte, la mecatrónica serviría para optimizar los sistemas, mejorar la seguridad, la eficiencia y la autonomía de la tripulación. Por ejemplo, en el vehículo de tránsito se puede aplicar la mecatrónica con los sistemas de control y navegación, analizar las trayectorias más óptimas, o los sistemas de corrección”, explicó.
Incluso, en las misiones que ya se han mandado al planeta rojo, y que no son tripuladas, el aporte de la mecatrónica es crucial. “Los rovers (vehículos robóticos manejados a distancia) requieren sistemas mecatrónicos complejos. Un ejemplo son los brazos robóticos que recolectan muestras de la superficie marciana para su análisis”, mencionó la joven.
Un camino vinculado a la UNCUYO
La estudiante de Ingeniería en Mecatrónica es egresada del Colegio Universitario Central (CUC). Esta escuela secundaria de la UNCUYO fue un gran impulso para avanzar en la dirección que hoy sigue.
Durante esa etapa, participó del proyecto de estímulo a jóvenes del sector científico tecnológico Mujeres Moviendo el Mundo y Tech Girls. En uno de esos viajes, pudo conocer las oficinas de la NASA, por primera vez.
En ese sentido, destacó la formación integral que ofrece el CUC, así como el acompañamiento docente en todos los procesos que fue realizando. “Los profesores fueron una parte fundamental de mi desarrollo como persona, además de enseñar los contenidos académicos, enseñan y transmiten valores, y siempre son muy atentos, están al pendiente de los estudiantes, no solo como alumnos, sino también como personas”, concluyó Aitana.