En su rol de presidenta de la Red de Universidades para el Cuidado de la Casa Común (RUC), la rectora de la Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC), Agustina Rodríguez Saá, protagonizó una iniciativa de alto valor simbólico y ambiental: la plantación de un árbol. Fue en el marco del 93° Plenario de Rectoras y Rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que se llevó a cabo en San Luis.
“Esta iniciativa tiene que ver con la conmemoración de los 10 años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si y del Acuerdo de París”, señaló Rodríguez Saá, en su rol como presidenta de la RUC, que agrupa a más de 200 instituciones de América Latina y el Caribe. En ese contexto, explicó, se lanzó un plan de forestación que busca sumar esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.
La primera plantación en el marco de esta iniciativa tuvo lugar en San Luis, donde se colocó un ceibo, el árbol nacional argentino. “Nos pareció muy significativo que quedara en el contexto del monumento a la Reforma Universitaria, porque simboliza el compromiso de la universidad pública con el futuro sostenible”, agregó la rectora de la UNLC.
Plantar un árbol no es un gesto menor: impacta directamente en ocho de los 17 ODS, contribuyendo a ciudades más resilientes, regulando la temperatura y restaurando hábitats naturales. En un contexto de crisis climática cada vez más evidente, con eventos extremos como los ocurridos recientemente en Bahía Blanca, esta acción adquiere un valor aún mayor. “Los árboles cumplen un rol clave en la mitigación del cambio climático, absorben CO2, retienen el agua y ayudan a prevenir desastres ambientales”, explicó Rodríguez Saá.
Consultada sobre si la forestación podría convertirse en una política de Estado, señaló que si bien hay programas en marcha, siempre es necesario reforzar estas iniciativas. En ese sentido, destacó el papel de las universidades, muchas de las cuales ya llevan adelante proyectos de forestación, incluso atando la plantación de un árbol a la graduación de sus estudiantes.
Uno de los puntos más relevantes de este plan es la reforestación con especies autóctonas. “El monocultivo y la expansión de la frontera agropecuaria han puesto en serio peligro nuestros bosques nativos”, advirtió. La idea, afirmó, es que cada universidad trabaje con científicos y expertos para definir qué especies plantar según la región y sus necesidades. “El cambio en el uso del suelo es una de las principales causas del cambio climático. No se trata de ir en contra de la producción, sino de encontrar un equilibrio que permita generar bosques en zonas estratégicas para compensar los impactos ambientales”, agregó.
Por último, Rodríguez Saá subrayó que la deforestación y la falta de vegetación natural agravan los efectos de las lluvias intensas, lo que puede derivar en catástrofes con consecuencias fatales. “Mantener un equilibrio en el uso del suelo es clave para prevenir estos desastres y para garantizar la calidad de vida de las generaciones futuras”, concluyó.