A través de cuatro (4) encuentros, 26 agentes de la Universidad que se desempeñan en áreas con trato directo con estudiantes, se instruyeron con personas sordas y sumaron una herramienta más a su formación que les permitirá ayudar, vincularse y orientar en el ingreso a la vida universitaria a quienes poseen pérdida de audición.
La propuesta surgió en primera instancia como parte de las acciones que se llevaron adelante desde la Secretaría de Capacitación de la Asociación del Personal de la Universidad (APUNSL), para actualmente enmarcarse desde la nueva Oficina de Políticas y Gestión del Personal Nodocente, a cargo de la Tec. Marcela Kordich.
«Es una necesidad imperiosa poder aunque sea tener una herramienta mínima para poder llegar a los estudiantes y poder no solo ayudarlos, sino también, si fuese necesario, vincularlos con el área correspondiente a los que ellos se tienen que dirigir», manifestó la funcionaria.
Estuvo dirigido a nodocentes que se encuentran en áreas específicas de Departamentos de Alumnos y Becas. Se dispuso que cada espacio tuviese dos (2) representantes. De esta manera, participaron desde todas las Facultades, Secretaría Académica de Rectorado, Secretaría de Asuntos Estudiantiles y Bienestar Universitario, e Instituto Politécnico y Artístico Universitario.
«Como el cupo era limitado quisimos ser equitativos, y esto de que tuviera a la vez un efecto replicador. La idea era de que cada representante pudiera tomar este conocimiento y de alguna manera después poder replicarlo con sus compañeros», explicó Kordich.
El curso estuvo dictado por la docente responsable Dra. María Beatriz Núñez, junto al Bioquímico y Especialista Aldo Daguerre, y acompañaron la Analista Química María de los Milagros Gallardo, y Karen Chávez, personas sordas.
Milagros Gallardo, María Beatriz Núñez y Karen Chávez
Desde el equipo informaron que la primera clase fue sobre historia, de cómo es la cultura de la persona sorda y la lengua de señas, la diferencia entre sordo e hipoacúsico, sobre los implantes, abecedario y números. «Hay muchas personas que dicen lenguaje de señas y está mal, entonces le explicamos esto, que es lengua de señas argentina, porque cada país tiene su lengua, es un idioma con su gramática propia», explicó Chávez.
Hacia la segunda clase les entregaron a cada participante fichas con las señas más importantes en relación a su área. En el tercer encuentro abordaron las provincias, la ubicación de los edificios de la Universidad, y la ficha de inscripción. «Si en la ficha decía el nombre, les preguntábamos cómo le iban a consultar a la persona sorda cuál era su nombre, dónde hacer los trámites, la seña de la partida de nacimiento, del control médico. Era tener todas esas cosas en cuenta para armar las señas», dijo Núñez.
Sobre la experiencia Chávez manifestó que fue importante trabajar de manera conjunta entre oyentes y personas sordas. «Ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos. Tenemos que cuidar la lengua de señas (…) Me gusta enseñar, ayudar, para que los oyentes enseñen bien, corregir y explicar para que se pueda enseñar bien».
Para finalizar, Kordich expresó su felicidad al poder concretar esta capacitación, y por la experiencia positiva. «La idea es poder seguir, replicarla, y hacerla extensiva, o ver la manera de hacerlo porque me parece que es muy valioso. (…) Poder ayudar y saber que alguien te va a poder ayudar, que va a haber una persona que aunque sea en lo mínimo va a poder entenderte, me parece que está buenísimo».