Secretos, recomendaciones y métodos para ayudarte a ser un alumno más eficiente, creativo y proactivo. Pautas para desarrollar el pensamiento crítico y producir textos originales.
La clave es dedicarle más tiempo y hacerlo de la manera más efectiva, con herramientas que te ayuden a comprender los contenidos, como así también aprehenderlos de forma significativa y duradera.
Cuando cursás una carrera de grado, lo que quizás en la escuela no era una necesidad tan importante, ahora pasa a ser decisiva. Saber estudiar te dará muchas oportunidades, al mismo tiempo que favorecerá tu desarrollo académico y profesional.
Construyendo las bases
Lo ideal es llegar a la universidad con una base de aprendizaje sólida. Sobre todo en las áreas de compresión de texto y riqueza de vocabulario, así como en el buen manejo de la sintaxis y del lenguaje oral y escrito.
Se trata de un bagaje que muchas veces no se adquiere en la etapa escolar, como debería ser, por múltiples factores.
Sugerencias y estrategias
Diferentes estudios indican, según afirma la psicopedagoga Rufina Pearson, que “el mejor momento del día para producir y aprender nuevas ideas, es por la mañana. Es entonces cuando el cerebro rinde mejor. Por la tarde, es ideal para la fijación de los conocimientos y, antes de dormir, para memorizar. Es que el cerebro, cuando descansa por las noches, sigue trabajando. Por eso es que se aconseja, antes de acostarse, darle una releída a lo que se estudió durante el día”.
De todos modos, aclara la especialista, cada persona debe adaptar estas generalidades a su situación particular.
Un secreto: cada 40’ o 45’ minutos, hacé un descanso de 10’. Es importante para despejar la mente y mover el cuerpo. Podés aprovechar para tomar un café, abrir la ventana para renovar el oxígeno del ambiente y estirar las piernas y espalda.
Sugerencias y estrategias
Para estudiar, es útil que pongas en prácticas algunas buenas estrategias. A medida que las adoptes, vas a poder ir perfeccionándolas hasta haberlas incorporado como hábito. Algunos ejemplos que aporta Pearson y que pueden servirte te los contamos acá:
- Si estudiás con fotocopias o textos en papel, por la mañana o temprano por la tarde es un buen momento para retener las ideas centrales. ¿Cómo? Podés destacarlas o subrayarlas con un resaltador, escribirlas en otra hoja y poner notas al margen. Estas herramientas no son excluyentes. Es decir, podés usarlas todas o sólo una, dependiendo lo que estés estudiando y lo que te resulta más práctico o efectivo.
- Es fundamental que realices pausas durante la lectura, para comprobar si estás entendiendo lo que desarrolla el autor. Si es necesario, releé el párrafo que no te quedó claro antes de continuar. Es decir, no esperes a terminar un capítulo para saber si entendiste, porque de esa forma sólo estarás perdiendo tiempo.
- Conviene que tengas una lectura activa. Es decir, que a medida que vayas leyendo, “no te quedes con lo que dice el texto literal, sino que lo relaciones con ideas y ejemplos concretos. Tratar de describir la lógica del autor es clave”, explica la especialista.
- Hacer esquemas es otra estrategia esencial al estudiar. No es lo mismo que un resumen, ya que éste consiste en repetir la información del texto de manera sintética. “Pero eso no lleva a un aprendizaje. Aprender es reformular, vincular y asociar el texto con ideas previas o ejemplos”, remarca. Los esquemas, gráficos y dibujos te permiten una forma abierta, dinámica y mucho más útil para poder trabajar la información. Podés dibujar con flechas, usar símbolos y demás recursos que aportan dinamismo.
- Finalmente, intentá explicar todo lo leído y trabajado con tus propias palabras.
Manejo de apuntes
A partir de las conclusiones de diversas investigaciones, Pearson asegura que “se aprende más escribiendo a mano que tipeando en la computadora. Es que procesás mejor la información; es más adecuado para organizar ideas, escribir en distintos planos y hacer esquemas”. De ahí que, aunque tomes apuntes en el teclado, es fundamental que, al llegar a tu casa, puedas pasarlos al papel.
Si durante la clase tomás apuntes de manera manuscrita, también la recomendación es que los revises cuando te sientes a estudiar. Es esencial que no los copies tal cual están, sino que los reorganices, les sumes color a partir de resaltadores para identificar conceptos centrales. “Cuanto más visual es el estímulo, mejor se fija”, señala la psicopedagoga.
Lectura crítica
En tu etapa universitaria es importante que trabajes el pensamiento; no sólo para entender al profesor y a los textos, sino por sobre todo, para poder tener una lectura crítica respecto al tema, y que a partir de todos los estímulos, conceptos e información que recibas, puedas reflexionar y desarrollar tus propias ideas, opiniones y visiones. Como resultado final, la idea es que logres generar contenidos y pensamientos originales, creativos y genuinos.Tal como señala en una charla con ICBC la filósofa y autora del libro Escribir en la universidad (Editorial Paidos), Renata Dessau, a la hora de preparar un texto o de sugerir un tema para tu tesis, es fundamental que aparezcas como sujeto. Es decir, que no repitas lo establecido por la cátedra, por la academia, por los intelectuales o el autor que estás leyendo, sino que puedas descubrirte como sujeto de conocimiento, así como identificar el objeto discursivo que te interesa.La especialista propone algunos tips para ayudarte en la elaboración de tus textos universitarios:
- Te conviene partir de una bibliografía que te sea afín para hacer tu trabajo. Una que te permita tener un diálogo virtual con el autor en el que podrás formular preguntas y encontrar en sus páginas -pero sobre todo en el entendimiento de la lógica de su pensamiento-, las respuestas.
- Un buen método para lograr lo propuesto en el punto anterior es tomar algunos pasajes de los textos que estás leyendo que sean muy representativos para tratar de llegar al fondo de la cuestión, con respecto a lo que a te interesa y ver qué pistas te dan el/los textos en función de tus dudas, preguntas u objeciones.
- A partir de allí, podrás identificar ideas concretas y no quedarte en la generalidad. Una vez que tengas claro tu propio pensamiento, estarás en condiciones de elegir o definir un tema para investigar y desarrollarlo en un trabajo práctico o ensayo universitario.
Pautas de entrenamiento
- Hay que entrenar la capacidad de preguntar; no sólo al texto sino también a los profesores.
- Para despertar la creatividad, es importante animarse a asociar preguntas que abran diversos frentes. Para eso, con lápiz y papel en mano, deberías formular preguntas abiertas, para luego leerlas y analizar cuáles son las que te genera interés responder en un potencial trabajo por escrito.
- La idea es que armes una suerte de red de tu sensibilidad a partir de lo que dijeron otros autores, profesores y compañeros de clase. Es importante toda esa dialéctica para construir y descubrir tu propia mirada.
- ¿Por qué me interesa este tema? ¿Qué relevancia tiene? ¿Qué objetivo me propongo con este trabajo teórico? ¿Para qué destinario lo escribo?
- Si podés responder estas preguntas, vas a poder amar un campo de posibilidades discursivas para investigar la que más te convenza.
- A la hora de escribir, es bueno tender a un equilibrio que te permita no dar por sentado que el lector conoce y entiende todo (de ahí que sea importante explicitar y explicar ideas), pero que no te haga subestimarlo (y darle todo digerido). Es importante que puedas ser claro, pero que también le des espacio al lector para que interactúe y trabaje con tu texto. Que lo invite a preguntarse e investigar más: hay que cuidarlo y motivarlo.
Fuente: ICBC