La Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC) y la Junta de Historia de San Luis firmaron el jueves 15 de mayo un trascendental convenio de asistencia y cooperación institucional. El acto se llevó a cabo en el Aula Magna del Edificio Académico, en el marco del Día del Granadero Puntano, que se conmemora el 17 de mayo, natalicio del coronel Juan Pascual Pringles.
El acuerdo tiene como objetivo impulsar el trabajo conjunto en actividades académicas, culturales y de investigación, con foco en la preservación y divulgación del patrimonio histórico y cultural de San Luis y su región de influencia.
Durante la jornada se realizaron cuatro destacadas disertaciones:
• “Archivos escolares y su importancia pedagógica”, a cargo del Mg. Ignacio Guzmán.
• “Avances en la historiografía”, por la Prof. Graciela Santamaría.
• “Los daguerrotipos de San Martín”, presentada por el Prof. Hugo Gez.
• “Pringles y memorias de sus compañeros de armas”, a cargo del Dr. Raúl Fourcade.
La rectora de la UNLC, Agustina Rodríguez Saá, brindó un discurso en la apertura del acto: “Este convenio representa más que un simple compromiso institucional; simboliza nuestra voluntad conjunta de fortalecer las conexiones entre la academia, la historia y la comunidad, promoviendo el intercambio de conocimientos, la investigación y la preservación de nuestro patrimonio cultural e histórico.”
Rodríguez Saá también evocó el legado del prócer puntano: “Recordamos hoy no solo al granadero valiente, sino también al hombre de principios, al puntano orgulloso de su tierra, al héroe que legó a nuestra historia páginas de gloria imborrable. Su arrojo en Chancay, su valentía en Junín y Ayacucho, son hitos que nos inspiran y nos recuerdan el precio de la libertad y la importancia de defender nuestros ideales con pasión y determinación”.
En tanto, elogió la labor de la Junta de Historia: “Siento un profundo respeto y admiración por la invaluable tarea que realizan en la preservación, investigación y difusión de la rica historia de nuestra provincia. Que este sea el inicio de una fructífera colaboración.”
La figura de Pringles, rescatada del olvido
El historiador Raúl Fourcade ofreció una disertación de alto valor documental y emocional sobre Juan Pascual Pringles, titulada “Pringles y memorias de sus compañeros de armas”. En ella, remarcó que durante décadas tras su muerte, Pringles fue un personaje prácticamente ignorado por la historiografía oficial.
“El Pringles que hoy conocemos no sería tal sin el trabajo minucioso de recopilación documental que realizaron Gez y Carranza. Fueron ellos quienes lo sacaron del olvido”, destacó Fourcade, en alusión al historiador Juan W. Gez y al Dr. Ángel Justiniano Carranza.
Sobre su carácter y personalidad, lo definió como un hombre valiente, íntegro y leal: “No fue un caudillo, ni un político. Fue, ante todo, un soldado. Pero un soldado con ideales y con una lealtad inquebrantable. Su amistad con Paz es una muestra de esa lealtad profunda, más allá de las banderías del momento.”
También se refirió al reconocimiento tardío que recibió el prócer: “Recién con Mitre se produce el reconocimiento oficial de Pringles. Hasta entonces, había sido ignorado por los gobiernos, lo cual habla del olvido institucional al que fue sometido.”
Fourcade valoró además los testimonios de compañeros de armas como Gerónimo Espejo. “Esos documentos no solo permiten reconstruir su trayectoria, sino también conocer la dimensión humana del personaje. Nos permiten entender por qué Pringles fue admirado por sus compañeros”.
Respecto a su participación en campañas clave como la del Perú, subrayó: “Su actuación en Pescadores fue heroica. Pero incluso en su derrota, supo mantener el honor. Murió como había vivido: con coraje y dignidad.”
Melchora Pringles: amor, exilio y memoria
Durante la disertación también se abordó el caso de Melchora Pringles, hermana del coronel, quien vivió una historia singular.
Melchora se enamoró de Luis Ordóñez, sobrino de un general realista, que estaba prisionero en San Luis tras la insurrección realista. Ordóñez fue uno de los 40 condenados a muerte, pero fue el único perdonado. No está claro si su salvación fue gracias a la intervención de la familia Pringles, al amor de Melchora o incluso a un gesto del propio General San Martín.
Más tarde, Melchora se trasladó a España junto a Ordóñez, con quien tuvo una hija, Rosario. Desde Europa, escribió cartas al gobierno argentino solicitando el reconocimiento de los servicios prestados por su hermano.
“Estas cartas, enviadas especialmente a Balcarce, son piezas fundamentales para reconstruir no solo la historia de Pringles, sino también el reclamo por su olvido institucional”, señaló Fourcade.