mediados del siglo pasado hubiese sido normal hablar de un contador como una persona que usaba traje y corbata, rodeado de papeles y con una calculadora como su principal herramienta de trabajo.
Si bien esa imagen quedó en el imaginario de mucha gente, la realidad de hoy en día sufrió un cambio radical. Y no hablamos sólo de la vestimenta, sino también de la forma de trabajar.
Es que el avance de la tecnología permitió reducir la cantidad de papeles con la digitalización, al tiempo que mejoró el procesamiento de datos y los tiempos para realizar operaciones y registraciones.
¿El resultado? Una transición de un rol operativo a uno más analítico, en donde el tiempo que antes se dedicaba al procesamiento, hoy se utiliza para profundizar en el análisis de la información.
Por ese motivo, a la formación clásica que otorga la universidad es necesario sumarle conocimientos sobre diversos temas que permitan competir en un mercado cada vez más desafiante.
Habilidades blandas, las nuevas estrellas
Un ejemplo muy actual, es contar con las denominadas habilidades blandas, como ser adaptabilidad, pensamiento creativo, resolución de problemas, ética laboral, liderazgo, gestión del tiempo, pensamiento estratégico o atención a los detalles, entre otras.Maximiliano Silva, analista Semisenior de Outsourcing de Expansion Argentina
También se pueden ubicar aquí dos de las que me gustaría explayarme un poco más, dado que es muy importante a la hora de liderar a un grupo: la comunicación y el trabajo en equipo.
Es que, en tiempos como los que corren, ya no le basta a un líder con ser la fuente de conocimiento, sino que debe desarrollar sus habilidades para transmitir todo aquello que haga a su trabajo.
Es necesario el desarrollo de habilidades interpersonales, para relacionarse no sólo con los clientes sino con los equipos, de manera de comunicar ideas, proponer objetivos y metas a alcanzar como sector, como estudio o como empresa.
Del mismo modo, es vital que un líder posea habilidades interpersonales, que son necesarias para administrar los tiempos, saber planificar para ser más productivos (incluye trabajo individual y en conjunto) y poder asignar prioridades.
Conocer las nuevas tecnologías
Los avances generaron un cambio en la forma de trabajar y en la forma en la que se entrega de la información. Usar nuevas tecnologías permite acortar tiempos, mejorar la información y personalizar los servicios para cada cliente.
Los softwares contables son cada vez más complejos, dado que resuelven gran parte de las tareas que en otra época se realizaban manualmente. Existen muchos, con diversas funcionalidades y orientadas a distintas estructuras.
Por eso, para poder aprovechar todos los beneficios que traen consigo, es necesario conocer bien las ventajas y desventajas que tienen cada una de las herramientas que aparecen.El nuevo rol del contador en la era tecnológica
Lo mismo con las aplicaciones que permiten optimizar las tareas de los equipos de trabajo. Trello, Github, Asana o Notion son algunas apps que ayudan mucho a la organización de tareas y delegación de responsabilidades.
En este caso, los profesionales pueden aprovechar todo el potencial de estas herramientas (la mayoría cuenta con versiones gratuitas, incluso) en pos de lograr mayores rendimientos.
Por último, no hay que perder de vista las oportunidades de negocio que surgen con las nuevas tecnologías. Interiorizarse sobre monedas digitales, por caso, puede ayudar a proponer nuevos servicios o ampliar la cartera de clientes.
Las raíces no se modifican
Está claro que, a todo esto, la base de la carrera no se modificó. El conocimiento en materia contable es (y seguirá siendo) vital para el desarrollo de la profesión. Y está bien que así sea.
Leer el Boletín Oficial seguirá siendo clave para estar actualizado constantemente, sobre todo en una economía como la argentina donde las reglas del juego cambian casi minuto a minuto.
Del mismo modo, hay que estar atentos a las modificaciones que pueda haber en materia contable, emitidas por la Federación Argentina de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas (FACPCE) o por los consejos locales.
Lo que no hay que perder de vista tampoco es que, en un mundo en constante cambio que genera nuevos requerimientos de información, debemos estar al tanto no solo de materia contable e impositiva, sino también en general.
Nuestra labor como profesionales se basa en estar pendientes de estas novedades y avances para no quedarnos atrás. Y, para lograrlo, la constante capacitación en los múltiples sectores del saber es un imprescindible.
Porque la icónica frase “necesito un contador” comienza a mutar para convertirse en “necesito un contador especializado en”. Y no saber de qué se habla más allá de los impuestos o de las normas contables puede significar perder clientes.
¿Cómo adaptarse al contexto?
El rol del contador debe ser pensado más como analista y no como procesador de datos. El valor agregado debe estar en el análisis, en el asesoramiento financiero y tributario, en las propuestas disruptivas y en las sugerencias en base a la experiencia.Nuevas tecnologías: nuevos desafíos
Por eso es importante mirar por afuera de la profesión e incursionar en todo aquello que pueda sumar a la hora de vender un servicio personalizado (por ejemplo, con el uso de herramientas operativas para facilitar tareas).
En definitiva, además de ser expertos en costos, impuestos o normas contables, el desafío de hoy es sumar a todo eso la contante actualización del mundo por fuera de lo meramente contable.
La clave está en implementar herramientas que faciliten el flujo de información, desarrollar habilidades dentro y fuera de la empresa, y llegar así al nivel requerido por el mercado.
No hay que perder de vista que estamos en la etapa de cambio. Por eso, de alguna manera, nos toca a las nuevas generaciones reinventar la carrera y al profesional en Ciencias Económicas. La decisión está en crecer o quedar rezagado en el pasado.
Fuente: www.iprofesional.com